Rafael Rangel nació el 25 de Abril de 1877, en Betijoque, ciudad del Estado de Trujillo, capital del Municipio Rafael Rangel, a escasos kilómetros del pueblo de Isnotu, que también diera a la patria, otra figura ilustre como lo fuere el Dr. José Gregorio Hernández, su gran amigo.
Era Rafael Rangel hombre de cuna humilde y tez oscura, autentica expresión de nuestra raza y pueblo, vivió apenas treinta y dos años que fueron suficientes para que a su muerte le dejara al país una preciosa herencia de austeridad y de conocimientos científicos, siendo el padre de la Parasitología en Venezuela.
Vivió Rafael Rangel sólo para el estudio y para el servicio de sus conciudadanos (cuya envidia, egoísmo e intrigas concurrieron en gran parte que fuera tan corta la fructífera carrera de su vida).
Rangel era un individuo alto, derecho algo canijo, de cabello negro ondulado, de bigote raso, de color atezado, aunque de facciones corrientes; es decir, sin carácter racial. Su voz era muy poco intensa; su conversación muy suave y lenta, y un gesto frecuente suyo, era meter los labios y juntarlos, gesto igual que se le veía hacer al Dr. José Gregorio Hernández.
Rangel fue bastante afable con los que frecuentaban su trato. Aficionado a la guitarra, algunas noches rasgueaba su instrumento. Era de hábitos muy moderados, no solo en lo que fuese de acuerdo con su posición económica, sino que era de costumbres austeras en todo y muy laborioso.
Rangel un hombre eminentemente técnico en su trabajo profesional; es decir, poseedor de un método estricto en el trabajo, en el que cada procedimiento, cada acto suyo constaba de movimientos precisos, ni uno más, ni uno menos y siempre iguales para el mismo acto o proceso.
Luego de cursar su primaria y estudios de secundaria en Betijoque, se traslada a Mérida, a allí estudia en el seminario, para después marcharse a Maracaibo donde completa su educación secundaria, aprende idiomas, aprieta la lectura de los clásicos y de los ideólogos del siglo XIX, y consolida la disciplina para el estudio y para el pensar. El Rector de la Universidad del Zulia, José Antonio Chávez, le entrega el 03 de Agosto de 1.896, un pergamino redactado en latín, con el cual, Caracas deja de ser sueño para convertirse en realidad. En ese año de 1.896, llega Rafael Rangel a Caracas con su Titulo de Bachiller en Ciencias Filosóficas guardado dentro de la faltriquera llena de ilusiones.
La Universidad le impresiona, la severidad del claustro de aquel 21 de septiembre, que acude para inscribirse entre los cursantes de medicina, le sacuden la emoción que lleva a flor de piel.
Sus primeras andanzas en la capital fueron para hacerlo desistir de su empeño: tal se sentía desamparado en el nuevo ambiente. Sin embargo, más adelante el Doctor José Gregorio Hernández, lo admitió en el laboratorio a su cargo, para atender a la limpieza del mismo, asignándole una pequeña remuneración.
Al lado del Doctor Hernández, adquirió Rangel la solidísima base que le sirvió de apoyo para la edificación de su obra, ya que de la Universidad salió a la lucha como histólogo y versadísimo perito en lo referente a procedimientos y análisis Bacteriológicos.
Rangel fue un excelente estudiante. Las Notas que se le conocen son de Primera. Esto lo confirma el Doctor Luís Razettí cuando dijo: “Yo le vi. llegar a Caracas pobre y desconocido le preste todo mi apoyo porque de inmediato comprendí que aquel joven estudiante era distinto y superior a la generalidad: era un verdadero trabajador.”
Pero de repente sus calificaciones dejan de figurar. Por lo que suspende formalmente sus estudios universitarios. En realidad continúo estudiando más que antes pero con un enfoque diferente, más creador y de mayor trascendencia. No aspiraba ser sabio, prefería ser un investigador científico, es por ello que se dedica plenamente a las investigaciones científicas. Esto estaba más de acuerdo con su actitud, temperamento y vocación.
Fue propuesto por el Doctor José Gregorio Hernández para ocupar el cargo de preparador en el laboratorio del Hospital Vargas, desde 1899 hasta 1903., donde empezó a realizar su investigación científica. Debido a su abnegada y perseverante labor fue designado el 18 de Febrero de 1902, Director del Laboratorio del Hospital Vargas. Allí practicaba importantes estudios sobre anemia, investigaciones del Bacilo de Koch, Difteria, Orina, Estafilococos. Clásicos son sus trabajos sobre Anquilostomiasis, Tripanosomiasis de la peste Bubónica, Bilharzzia y otros. Pero la obra que abrió las puertas de la Gloria Científica a Rangel fue la Titulada “Etiología de Ciertas Anemias Graves en Venezuela.”
Se publica por primera vez en la Gaceta Médica de Caracas en 1903. Una noche la gloria toca a las puertas de su perseverancia, fue una noche de Pascua Florida para la Medicina Nacional. En la Autopsia que se le practicó a Esteban Sanabria, sorprende a los ladrones de sangre pegados en la mucosa intestinal, y descubre el Anquilostomo Duodenal. Esa noche 14 de Septiembre de 1903 escala Rangel el primer peldaño hacía las alturas de la fama y de la gloria.
En Marzo de 1908 comienza la alarma de la peste Bubónica en la Guaira, y Rangel tiene que salir de su laboratorio. El 22 de Abril el Bachiller Rangel comunica al Gobierno haber encontrado en los enfermos el microbio de Yersin y hace la demostración Bacteriológica ante la Junta de Sanidad de la Guaira. Su trabajo como científico y encargado de la campaña sanitaria en la Guaira fue excelente.
El Viernes 20 de Agosto de 1.909, Rangel había permanecido encerrado en el laboratorio sin más compañía que su terca soledad enfrentando a su historia, librando la dura batalla del instinto de conservación contra su mente desequilibrada, bordeando la tragedia del ser y el dejar de ser, que se disputan su vida en una tiniebla larga de recuerdos confusos.
Su mente esquizotimica, su biotipo asténico atlético-temperamental, rigiendo un estado Neurótico y de vieja data, no resistió las agresiones de los sucesos de los últimos meses y en un ataque de desesperación sin conciencia busca en el armario un frasco etiquetado por la Droguería de Braun con el nombre de Cianuro de Mercurio, que consume mezclado con vino una parte de su contenido, camina hacia la puerta contra la cual se apoya para no caer. Anuncia su muerte con un extraño grito, que escuchan Toledo Trujillo, Domingo Luciani, José Ángel Rivas y Salmerón Olivares en las vecindades de la Botica, quienes lo recogen y todo se pierde al perderse Rangel. La muerte agradecida arranca de un solo manotazo la vida ofrendada en holocausto heroico.
Por resolución del Congreso Nacional, trasladar sus Retos al Panteón Nacional el 20 de Agosto de 1977, luego de cumplir un itinerario póstumo hasta la Ciudad de Betijoque. Atendiendo así al llamado de la Justicia Venezolana, oportuna y acertada en la consagración del heroísmo civil en los quehaceres de la ciencia.